Es el punto de partida de cualquier metodología relativa al ámbito de la Dirección y Gestión de Proyectos, y paradójicamente, es un concepto que se difumina a medida que profundizamos en la materia.
En mi opinión, esto ocurre porque la mayoría llegamos al mundo de la gestión desde el ámbito técnico sin llegar a ser demasiado conscientes de si nuestra actividad contribuye a un proyecto concreto o a la operativa de la empresa.
Si te sientes identificado te invito a que sigas leyendo. Esta entrada te ayudará a distinguir la diferencia entre un proyecto y el trabajo operativo en una organización.
PROYECTO vs. TRABAJO OPERATIVO
Tomaremos como referencia la definición de proyecto recogida en la Guía PMBOK® 5th ed., publicada por el Project Management Institute (PMI). Organismo acreditado como desarrollador de estándares por el American National Standard Institute (ANSI).
“Un proyecto es un esfuerzo temporal que se lleva a cabo para crear un producto, servicio o resultado único.” (Guía PMBOK® 5th ed., página 3).
Por tanto, cuando pensemos en un proyecto no haremos hincapié en su magnitud o complejidad, sino en su carácter único y temporal.
Pablo Lledó, autor del libro Director de proyectos: “Cómo aprobar el examen PMP® sin morir en el intento. 2ª ed.” describe el trabajo operativo como aquellas actividades que se efectúan permanentemente y generan un mismo producto o servicio repetitivo.
Parece que las diferencias son obvias…
Proyecto: Esfuerzo único y temporal
Trabajo operativo: Actividades que generan un producto o servicio repetitivo.
Llegados a este punto te propongo un pequeño reto: ¿sabrías decirme si la construcción de un edificio es un proyecto? ¿y la fabricación de un coche?