Un estudio asegura que antes del año 2020 llegaremos a 25.000 millones de dispositivos conectados al Internet de las Cosas teniendo, en la actualidad, alrededor de 10.000 millones a nivel mundial. Dando por echo estos números, es lógico que se hable de los beneficios que reportará está tecnología a las personas.
A los avances que comentamos en nuestro artículo anterior tenemos que sumar smartglasses, electrodomésticos inteligentes, auriculares de Realidad Virtual, seguimiento de nuestras constantes vitales, abrir o cerrar puertas a distancia, cámaras de seguridad y un largo etcétera de objetos cotidianos conectados a la red para facilitarnos nuestras tareas diarias.
Uno de los mayores beneficios que obtendremos se encuentra en los weareables, las prendas de ropa inteligentes que nos permitirán tener un mayor control de personas dependientes (niños y ancianos) haciendo un seguimiento en tiempo real de su estado de salud: constantes vitales correctas, bajadas de azúcar, subida de tensión, etc. Por supuesto, también tendremos mayor y más efectivo control sobre qué medicación y en qué horarios ha de tomarse.
Además de regular el nivel de luz de las bombillas de nuestra casa o bajar las persianas de la habitación, estas prendas con sensores nos ayudarán a entender qué músculos ejercitamos más a la hora de hacer deporte y si los movimientos realizados son o no correctos pero, además, servirán para recibir alertas en el smartphone cuando la temperatura corporal, el ritmo cardíaco o cualquier otra constante vital de nuestro bebé no sean los lógicos.
Otra ventaja importante gracias al Internet de las Cosas: Conduces tu coche y tienes una avería pero, en vez de perder tiempo llamando a la grúa, será tu vehículo el que avise directamente a tu seguro dando parte del fallo que se ha producido en el mismo momento del incidente, informando al taller más cercano para que esté preparado e incluso notificando a los agentes de seguridad del percance. ¡Hasta los paneles luminosos prevendrán al tráfico en tiempo real!
Anillos, cinturones, zapatos, pantalones… Todo objeto que podamos llevar encima de manera habitual será adaptado para disfrutar de los beneficios que nos que nos ofrecerá el Internet de las Cosas.