Si eres un linuxero de vieja escuela, la pregunta del título te habrá hecho esbozar una sonrisa o incluso habrás soltado una buena carcajada.
Históricamente Linux y Windows han sido como el agua y el aceite: no se mezclan. Pero en los últimos años las cosas han comenzado a cambiar
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Equipos multi-sistema: arranque dual o máquina virtual
Puede darse el caso de que necesitemos, para nuestro trabajo o simplemente por probar, instalar diferentes sistemas operativos en nuestro equipo.
Tradicionalmente la solución habitual consistía en configurar nuestro equipo con un arranque dual: utilizábamos un gestor de arranque o bootloader que nos permitiría elegir durante el arranque que sistema queríamos utilizar.
Esta solución, aunque es fácil de utilizar y de montar, realmente es poco funcional, ya que nos obliga a trabajar en un sistema o en el otro, lo que la mayoría de las veces deseca en abandonar uno de los dos sistemas, ya que nuestras herramientas de uso diario estarán en uno de los dos sistemas.
La mejor solución, en mi opinión, es virtualizar un sistema sobre otro, de modo que en el sistema anfitrión dispones de tus herramientas habituales y puedes arrancar una instancia del sistema virtual cuando necesitas trabajar con ello, sin tener que salir de tu sistema de trabajo habitual. La única pega es que compartes recursos (CPU, memoria) entre ambos sistemas, pero las máquinas modernas no suelen tener ningún problema para levantar máquinas virtuales.
Herramientas como VirtualBox, también software libre aunque propiedad de Oracle, nos permiten hacer esto con facilidad.
Microsoft ama al Software Libre
Históricamente, desde los tiempo de Bill Gates y Steve Ballmer al frente de Microsoft, la comunidad de usuarios y desarrolladores de software libre eran vistos por la empresa de Redmond como “el enemigo”, y se siguió una política de desprestigio a esta comunidad, e incluso querellas contra proyectos e usuarios por “incumplir patentes”.
En 2014, tras un cambio de dirección, Satya Nadella se puso al frente de la compañía y el rumbo de las relaciones entre Microsoft y el software libre dio un giro radical, saliendo en los medios de medio mundo una presentación que este utilizó en una conferencia y en la que se leía solamente la frase “Microsoft loves Linux”.
La revolución que causó esto en medios de comunicación y redes sociales fue espectacular y enseguida se comenzó a discutir la realidad de este acercamiento del gigante tecnológico a la comunidad del software libre. Pero los siguientes pasos que este dio fueron bastante significativos: la liberación del código de Powershell (la interfaz shell nativa de Windows) y su versión para Linux y la adquisición de Github (el mayor repositorio público de código de internet) fueron también bastante llamativos. Pero estos movimientos tienen una razón que viene de más atrás.
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La guerra por el control de la nube
Desde que comenzó el despegue de los servicios de infraestructura en la nube, Amazon y su servicio AWS ha sido quien ha liderado indiscutiblemente este sector. El impulso de estos servicios a la implantación de Linux a gran escala ha sido bastante evidente, gracias a la facilidad de levantar instancias de servidores Linux en esta plataforma y los menores coste que supone.
Las competidoras en esta guerra, Google Cloud y Windows Azure, no han sido capaces de estar a la altura de AWS en ningún momento. Y además Microsoft ha tenido que replantear su estrategia para no quedarse aislados.
Originalmente, Azure daba solo alojamiento a servicios basados en sus propias tecnologías (Windows, .net, SQLServer, etc). Progresivamente, viendo como a nivel de servidores eran minoritarios y sus servicios se quedaban limitados, tuvieron que dar un cambio a la plataforma y abrir sus servicios a todo tipo de sistemas y tecnologías, incluido Linux. Este cambio de filosofía, y el miedo a quedarse aislados en la carrera tecnológica en la nube, ha llevado a Microsoft a abrazar el software libre a todos los niveles.


Linux sobre Windows: WSL
Si todos estos cambios de mentalidad en el seno de Microsoft ya estaban dejando atónitos a todos los miembros de la comunidad linuxera, un último anuncio dinamitó definitivamente los conceptos sobre lo que pretendía la compañía en su acercamiento al mundo Linux: el anuncio de Windows Subsystem for Linux (WSL).
¿Y que es WSL? Es una implementación del núcleo de Linux que se puede instalar como una característica del sistema, posibilitando instalar un sistema Linux completo sobre Windows 10.
Las reacciones de sorpresa fueron masivas y ciertamente, la primera vez que entras en la Microsoft Store y ves que puedes descargar Ubuntu, openSUSE, Debian, Fedora o Kali Linux es abrumador.
Existen también determinadas distribuciones específicas para WSL como son Pengwin (de pago) o Fedora Remix for WSL.
La instalación de estos sistemas nos ofrece un acceso completo por shell a un sistema Linux, aunque no nos da un entorno gráfico completo. Podemos utilizar aplicaciones gráficas usando un emulador de entorno gráfico como Xming o VcXsrv.
Instalar WSL y Linux
Para implementar esta característica en nuestro sistema lo podemos hacer de dos maneras:
1. Con comandos de Powershell
- Tendremos que abrir la terminal de Powershell con permisos de Administrador y ejecutar los siguientes comandos
Enable-WindowsOptionalFeature -Online -FeatureName Microsoft-Windows-Subsystem-Linux
- Tendremos que esperar a que termine el proceso y después nos pedirá permiso para reiniciar el sistema.
2. Desde el Panel de Control de Windows
- Desde la ventana de búsqueda del sistema, en la barra de tareas, buscamos “Activar o desactivar las características de Windows”.
- En la ventana que se abre, marcamos el checkbox de “Subsistema de Windows para Linux” y pulsamos Aceptar.
- Se abrirá otra ventana con el proceso de instalación y cuando termine nos pedirá reiniciar.
- Una vez hecho este paso de cualquiera de las dos maneras, nos dirigimos a la Microsoft Store y buscamos e instalamos nuestra distribución de Linux preferida.
- Una vez instalada, la buscamos en le menú de inicio y se abrirá una terminal que terminará de instalar unos paquetes, y te pedirá un nuevo reinicio.
- La siguiente vez que lo abras te pedirá crear un nombre de usuario y una contraseña (no tienen por que ser los mismo que usas en Windows), que son los que usarás de aquí en adelante en la terminal.
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